La radio cubana cumple 90 años en este 2012. Y tiene mucho que celebrar, y condiciones para seguir siendo un medio de estos tiempos, asumiéndolos con sus particulares recursos para satisfacer las necesidades de sus seguidores en todo el país.
Es una lástima que analistas, críticos, difusores no estén al tanto de su quehacer en los municipios, emisoras provinciales y nacionales porque en realidad, a pesar de la profusión de nuevos medios técnicos, encontrados hasta en los lugares más remotos de nuestra geografía, es notable el apego a este soporte comunicacional que también puede ser escuchado mediante las novísimas tecnologías.
Y hace falta esa mirada analítica, porque si bien es cierto que los medios de comunicación masiva en Cuba poseen una acendrada tendencia cultural, educativa, de esencial servicio público en el afán de trasmitir conocimientos, de poner al alcance de todos los saberes humanos, no aprovechan suficientemente viejas herramientas como la búsqueda de sucesos que están al alcance de la mirada, ni otros recientes como las enormes posibilidades de información de todo tipo que se puede obtener por INTERNET, servicio con el que cuentan. Además, abundan más de lo deseado juicios superficiales, recepción acrítica de expresiones de la realidad poco edificantes y ligereza en juicios que condicionan pocos argumentos a los que los oyentes puedan acudir para dilucidar por si mismos valoraciones desde los hechos artísticos hasta los cotidianos.
Lo diverso constituye sin dudas uno de los encantos de la programación radial.
Un amplio servicio de promoción musical, no sólo de lo que en ocasiones por dudosas razones está en moda, sirve para dejar constancia de la actualidad, sobre todo está la permanencia de espacios dedicados a todos los géneros y épocas que aseguran la memoria del patrimonio nacional e internacional. Sin embargo en no pocos espacios musicales no se aprovecha la oportunidad de entrevistas a músicos y especialistas para fomentar el intercambio de opiniones sobre las tendencias existentes y se acude en exceso a apologías y salutaciones recíprocas.
Los dramatizados no se circunscriben a las radionovelas, - entre las que se pueden sentir aires renovadores iniciados y sostenidos por Joaquin Cuartas- sino también cuentos y obras de teatro, sobre todo en Radio Progreso que tiene consolidados segmentos para todas las edades durante todos los días de la semana. Incluso muchos de los temas tabú en la sociedad han tenido sus primeras aproximaciones en las radionovelas o programas unitarios y luego han llegado a la televisión o el cine.
La información radial en su sentido más amplio está por debajo de las posibilidades que ofrece la época. En un mundo donde los sucesos que acontecen son reflejados casi simultáneamente en Internet no se puede concebir que los espacios noticiosos reiteren lo mismo boletín tras boletín, incluso en Radio Reloj que en otros tiempos reportaba al momento el aguacero que estaba cayendo en la capital o el rabo de nube en cualquier otro sitio.
Por supuesto que la reiteración es necesaria según la importancia de lo que se reporte, pero son indispensables los elementos que amplían al oyente nuevos aspectos del mismo hecho y ofrecen datos que ubican en contexto geográfico, histórico o político. No es útil reproducir lo que aparece en un periódico si no se hace al menos bajo un nuevo enfoque o comunicando mayores aspectos informativos. Claro que ese es una de las características poco creativas del manejo de la información en todos los medios, pero la radio posee mejores condiciones por su técnica de base para trascender ese defecto que lacera otros buenos resultados.
Asumir la dinámica de los tiempos que corren no sólo es trasmitir por INTERNET, sino aprovechar las posibilidades actuales de brindar una información más completa, elaborada para un oyente que puede tener referentes anticipados de lo que se trasmite y puede ir perdiendo interés si siente que no le dicen nada nuevo, lo cual no significan que se copien indiscriminadamente modos ajenos, lo cual suele ser una tendencia insular fruto de la sensación de aislamiento que producen las islas e insta a los isleños a escudriñar más allá del horizonte en busca de respuestas y soluciones que están a su alcance.
90 son muchos años de experiencia ganada en un medio que ha hecho historia desde su surgimiento a principio del siglo pasado. Justas son las celebraciones y ellas deben ser el acicate para seguir el paso de los tiempos con creatividad, sin la cual no hay eficacia. Enhorabuena radio cubana.
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